martes, junio 29, 2010

Comer a oscuras: ¡una experiencia sensorial y humana!



Cuando me hablaron de un restaurante donde se come en total oscuridad y en el que los mesoneros son todos ciegos pensé inmediatamente que era un lugar al que quería ir. Fui por primera vez a "Dans le Noir" (en francés: "En la oscuridad") el año pasado en Londres con varios amigos y la experiencia fue increible. Luego tuve la oportunidad de volver a ir este año en Barcelona cuando apenas tenía un par de meses abierto y, aunque ya sabía de qué se trataba, la experiencia fue igual de cautivante y sorprendente.

No quiero contar demasiados detalles ya que es una experiencia que hay que vivir para entenderla, pero a los que tengan la oportunidad les recomiendo con los ojos cerrados (literalmente) que vayan a este lugar.

En el restaurant de Barcelona, que tiene leves diferencias con el de Londres,
la experiencia comienza desde que llegas al restaurante. Te recibe una pareja de franceses que luego de darte la bienvenida te dan las instrucciones y te piden que dejes cualquier objeto de valor o que emita algún tipo de luz en un locker en la parte de afuera (si se te cae dentro de la sala oscura va a ser difícil encontrarlo). Luego te presentan a la persona que será tu mesonero durante toda la noche, que efectivamente es una persona invidente, y que irónicamente se convertirá en tu guía y tus ojos a lo largo de la experiencia. Si vas con un grupo (4-6 personas es lo que recomendaría para disfrutar bien) se colocan todos en fila detrás del mesonero cogiéndose de los hombros y entran a una sala completamente oscura, lo más oscuro que yo he estado en mi vida. El guía te lleva hasta la mesa, te ubica en tu puesto, te explica lo que vas a encontrar enfrente (cubiertos, vasos, servilletas, etc.) y comienza la diversión!

A partir de aquí no daré más detalles, pero sí les comentaré las típicas preguntas que me hace todo el mundo cuando les cuento sobre este restaurante:
  • ¿Cómo lees la carta? No hay carta. Antes de entrar indicas si eres alérgico o no te gusta algo y luego te entregas a la experiencia de sabores y dejas que te sorprendan
  • ¿Y cómo sabes qué comes? Eso lo dirán tus sentidos, y las opiniones que compartas con los amigos que vayas
  • ¿Cómo sabes que estas cogiendo la comida con los cubiertos? Luego de varios intentos fallidos, y de llevarte el tenedor vacío a la boca, terminas comiendo con las manos, lo cual atenúa tu experiencia sensorial. Para facilitar la experiencia, todo está diseñado para que se pueda comer con las manos
  • ¿Qué tipo de vino pido con la comida? Deja que te sorprendan con un vino seleccionado por la casa e intenta adivinar qué tipo de vino es (tinto o blanco)
  • ¿Quién me sirve el vino en la oscuridad? Tú mismo
  • ¿Y cómo se hasta donde llenar el vaso? Cada quien usa su creatividad
  • ¿Cómo se dónde está cada quién en la mesa? Aquí es donde tienes que afinar otro de los sentidos, el oído, aunque no tendrás problemas porque todo el mundo acaba gritando ya que no sabe donde están los demás
  • ¿En algún momento me entero lo que comí? Sí, al final, si lo deseas
  • ¿Y qué tal la calidad de la comida? En general bastante bien, aunque más vale la experiencia como tal
  • ¿Cómo pago la cuenta en la oscuridad? Esto lo haces al final en la parte de afuera, donde sí hay luz
  • ¿Es agobiante la experiencia? Esto depende de la tolerancia de cada persona. En mi caso fue perfecto y en ningún momento me sentí mal. Sólo al final, cuando ya era la hora de salir es que sentí que necesitaba volver a ver
  • ¿Alguien ve lo que sucede dentro del restaurante? Sí, hay cámaras infrarrojas que se usan por seguridad (así que nada de ponerse creativo a hacer cosas que no harían en la luz pública)
No quiero cerrar esta anécdota sin hablarles de la parte humana de la experiencia. Puede sonar un poco romántico, pero el hecho de intercambiar roles con una persona invidente y ponerte en sus manos para que te guíe te hace reflexionar sobre la humildad, el respeto y la consideración hacia personas que en determinadas situaciones son discriminadas por la sociedad. Es el real significado de "empatía" donde por un par de horas intentas vivir un poco de lo que vive una persona invidente todos los días, y aprecias con más empeño cada una de las cosas que tienes.

Definitivamente es una experiencia que vale la pena vivir, bien sea por el gusto gastronómico, sensorial o humano.



1 comentario:

Rigel dijo...

Wow! Que experiencia! Me encantaria poder tener exta experiencia,ademas de creativo,me parece super bien que den oportunidad a personas invidente de trabajar y ademas dar la oportunidad de los que no tenemos esta limitacion,de estar en los zapatos de los demas. Gracias por compartir tu experiencia!